La Ruta del Camino del Norte desde Bilbao a Santander
La ruta comienza en pleno centro de Bilbao y el primer tramo es urbano. Tras veinte kilómetros, llegaremos Portugalete, en la que será nuestra última parada en el País Vasco. La ruta continúa ya en Cantabria, donde nuestra primera noche será en Castro Urdiales. Caminaremos casi siempre cerca del mar Cantábrico de la costa, hasta Laredo, en una etapa de 29 kilómetros. En las últimas dos etapas, de Laredo a Güemes y de Güemes a Santander, podremos hacer parte del trayecto en barco.
Bilbao, el motor del Golfo de Vizcaya
Con dos de las mejores pinacotecas de España, el Museo Guggenheim Bilbao y el Museo de Bellas Artes, Bilbao ha pasado de ser una ciudad eminentemente industrial a una capital cultural. La apertura del Museo Guggenheim Bilbao ha supuesto todo un hito en la ciudad, no sólo por la importante aportación artística, sino también por la transformación arquitectónica de toda la zona. Bilbao, además, ha sabido conjugar este empuje de modernidad con su carácter tradicional y asimilar esas zonas más actuales a un casco histórico por el que vale la pena perderse paseando, mientras se para en muchas de sus barras llenas de pintxos.
La Catedral de Santiago, de estilo gótico, es la única en España consagrada al Apóstol Santiago, además de la de Compostela. La antigua ermita sobre la que se asienta tiene su origen en la tradición jacobea.
Puente Bizkaia
Al final de la primera etapa de nuestro recorrido, nos encontraremos con el impresionante Puente Bizkaia, el puente transbordador más antiguo del mundo que, además, sigue en funcionamiento hoy en día. Construido por Alberto de Palacio en el s. XIX, ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Santander, el final de esta ruta
En medio de un maravilloso entorno natural, entre mar y montañas, emerge la elegante ciudad de Santander, una localidad marinera, de tradición mercantil, pero con una estrecha relación con el Camino de Santiago. La ciudad cuenta con una magnífica playa urbana, El Sardinero y, al final de la bahía, la Península de la Magdalena, con su emblemático palacio.
Gastronomía
El norte de España es pura gastronomía y, sean cuales sean los motivos que nos hayan empujado a emprender cualquiera de los tramos del Camino de Santiago, no podemos olvidarnos de disfrutar los productos que nos ofrecen las tierras por las que pasamos. En este tramo del Camino del Norte desde Bilbao a Santander, caminaremos por tierras vascas y cántabras. Aunque la parte del Camino que transcurre por el País Vasco, la inicial, es corta, no podemos dejar de probar unos pintxos con un buen Txacolí, o un sabroso queso como el Idiazábal.
Cantabria, por su parte, tierra privilegiada de mar y montaña, como todo el norte peninsular, destaca, sobre todo por su importante industria conservera y, dentro de esta, tres de sus puntos principales están dentro de nuestro recorrido: Laredo, Santoña y Castro Urdiales, que suman el 80 % de la producción nacional de semiconserva de la anchoa. Pero no todo va a ser salado en nuestra dieta de peregrinos y en tierras cántabras vamos a poder probar postres tan exquisitos como la Sobada Pasiega y el Sobao Pasiego.
Paisaje
El Camino del Norte desde Bilbao a Santander discurre entre el mar, con algunas playas verdaderamente magníficas, y bucólicos valles verdes. El trazado es casi todo de asfalto, aunque hay alternativas que para evitarlo. Nos sumarán unos cuantos kilómetros al recorrido, pero también belleza y tranquilidad. En cualquier caso, están perfectamente señalizadas todas las opciones.
Un plus a la belleza del Camino del Norte, en este tramo de Bilbao a Santander son las travesías en barca de Laredo a Santoña y de la Playa de Somo a Santander, que nos deleitarán con preciosas vistas de la costa desde el mar.
Dificultad
Aunque la tradición del Camino del Norte se remonta a la Edad Media, no fue nunca una ruta muy transitada debido, precisamente, a su accidentada orografía. Es, sin embargo este tramo entre Bilbao y Santader de los que menos complicaciones ofrecen. El recorrido por Cantabria es prácticamente llano y solamente podemos encontrarnos con zonas algo más difíciles en las últimas etapas, como la colina del Brusco, que transcurre por un sendero estrecho y que, en época de lluvia presenta un terreno algo resbaladizo. En algunos tramos, los peregrinos prefieren caminar por los trazados de carretera, siempre más cómodos y fáciles, pero no tan bonitos. En cualquier caso, todas las variantes de trazado están perfectamente señalizadas.
Si has llegado hasta Santander, la meta es sólo provisional, y puedes continuar el Camino en el siguiente de sus trazados, de Santander a Gijón.
¡Buen Camino!