RUTA BAXO MIÑO
Costa, monte, río y frontera se aúnan en esta ruta por la zona más al sur de Galicia, tanto, que nos adentraremos también en tierras de Portugal.
El rio Miño, el curso fluvial más importante de Galicia, nos separa del país vecino, una frontera natural que da vida y sentido a ambas orillas.
Una ruta por el Baixo Miño que cuenta la historia de dos países, desde los primeros moradores de hace miles de años, que asentaron sus castros en las zonas más altas, hasta hoy.
Desde las alturas, miradores naturales nos ofrecen espectaculares vistas de la costa y de un horizonte tan lejano que casi podemos adivinar el descubrimiento de un nuevo continente.
Territorio frontera.
Las localidades del sur de Galicia y del norte de Portugal son territorio recurrente para los habitantes de ambas orillas del Miño. Gallegos y portugueses nos movemos con naturalidad y a diario entre las zonas que bordean la frontera.
Nos encontramos en tierras verdes y fértiles, idóneas para actividades como la agricultura, pero que también han sabido aprovechar el movimiento transfronterizo para desarrollar un importante comercio.
Claro que no siempre ha sido así, y en esta Ruta Baixo Miño podremos encontrar fuertes, baluartes de defensa, atalayas y gigantescas puertas que nos contarán historias de un pasado mucho más beligerante entre pueblos hermanos.
El Albariño del sur.
En la ribera del Miño nos encontramos con las tierras de O Rosal, una zona de excelentes condiciones para la agricultura, principalmente para la actividad vitivinícola. Los vinos de O Rosal, fundamentalmente de uva albariña, están incluidos en la Denominación de Origen Rías Baixas conformando la subzona de O Rosal.
Montes legendarios.
Si nos han sorprendido las edificaciones que en siglos pasados servían de defensa entre fronteras, encontraremos fascinante los primeros lugares habitados de esta zona, asentamientos milenarios que aprovechaban su situación elevada para prevenir los ataques a sus poblaciones, algunas muy numerosas ya en el s. I a. C.
Desde altísimos miradores que nos proporciona la propia geografía de la zona, podremos contemplar ambos países, el rio Miño haciendo de frontera, el magnífico estuario de su desembocadura al océano y también la silueta de la costa gallega acariciando el Atlántico.
Toda esta es una zona que ha hecho historia mirando al mar, incluso los monjes cistercienses, que se asentaron en el s. XII en un magnífico monasterio a los pies del océano.
Noticias del Nuevo Mundo.
En esta zona del Baixo Miño no solo podremos encontrarnos con asentamientos milenarios, testigo de los primeros habitantes del sur de Galicia. También aquí arribó la carabela Pinta en el siglo XV con las primerísimas noticias del descubrimiento de América.
La localización estratégica de esta zona para el tráfico marítimo y también para el comercio le concedieron privilegios reales que forjaron el carácter de localidades como Baiona, también llamada Baiona A Real. Actualmente también son protagonistas las actividades de navegación deportiva.
Salidas desde Santiago/ Rías Baixas