Camiño dos Faros es una ruta de senderismo de unos doscientos kilómetros que transcurre entre Malpica y Fisterra, localidades ambas de la provincia de Coruña y que recorre la escarpada costa que bordea el océano al borde de sus acantilados. Sí, estamos hablando justo de esa costa a la que hace no tantos siglos bautizaron como Costa da Morte, un lugar donde la naturaleza marítima más salvaje se viste de la belleza más absoluta.
Ruta de O Camiño dos Faros, de faro en faro por a Costa da Morte
Camiño dos Faros parte de la pequeña localidad pesquera de Malpica. Desde su puerto, vinculado históricamente a la caza de ballenas, y amparados por el más pequeño de todos los faros que encontraremos en la ruta, sale la senda que nos conducirá al gran Finisterre, a Fisterra, al mismísimo fin del mundo.
Las etapas de esta ruta de senderismo son largas, no solo por la media de kilómetros, unos veinticinco de media por jornada, sino porque los caminantes no podrán evitar detenerse a cada paso para disfrutar del espectáculo natural que los rodea. Camiño dos Faros es una ruta que vale la pena tomarse con calma y saborear cada una de las sorpresas que nos iremos encontrando. Aún así, es recomendable calcular convenientemente el tiempo de cada etapa, ya que debemos completarla mientras haya suficiente luz natural.
A lo largo de ocho etapas alcanzaremos ocho faros que señalan a los barcos los puntos a tierra, y los guían por esta costa de leyenda, pero también recorreremos increíbles arenales, escarpados acantilados al borde del fiero océano y lugares míticos de gran interés natural e histórico.
Ruta de O Camiño dos Faros, caminar al filo del fin del mundo
Camiño dos Faros se encuentra en los que, durante muchos siglos, se consideraron los confines de una tierra creída plana, allí donde el océano engullía al sol cada atardecer. Nada había más allá del Finisterre, del Finis Terrae, y tal vez sea esa la sensación que tengamos a medida que caminamos, que lo que vemos ante nuestros ojos, en el punto más al oeste de la Europa continental, tiende naturalmente al infinito.
Pero esta ruta de O Camiño dos Faros está llena de tesoros, algunos tierra a dentro, y otros en medio del océano. Poco después de salir de la preciosa localidad pesquera de Malpica, nos encontraremos con las Illas Sisargas, donde hoy son señores y dueños gaviotas y cormoranes, aunque antiguamente estuvo habitada y aún conserva las ruinas de la ermita de Santa Mariña, destruida en su día por los piratas. Sí, que esta costa estuvo plagada de ataques de corsarios no es ninguna leyenda.
El primer gran faro de la ruta lo encontraremos en Punta Nariga, ya poco antes de alcanzar la magnífica playa de Niñóns.
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O Roncudo, donde la vida se juega por un puñado de percebes
Al tratarse O Camiño dos Faros de una ruta por Galicia, seguro que todos tenemos en mente la gastronomía como parte imprescindible de la experiencia. Pero en esta ruta, no solo podremos disfrutar de los magníficos manjares que nos ofrecen la tierra y, sobre todo, el mar. En la segunda etapa de O Camiño dos Faros pasaremos por la zona de O Roncudo, de donde se extraen los percebes considerados de mejor calidad, tan gordos como largos. Muy próxima a la localidad de Corme, en la zona O Roncudo nos encontraremos con varias cruces que recuerdan a los hombres del mar que se dejaron la vida luchando entre el océanos y los acantilados. Sí, el percebe de O Roncudo es caro, por su magnífica calidad y sabor, pero también porque los percebeiros y percebeiras se juegan la vida cada vez que salen a intentar ganársela.
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Castros y dólmenes que nos hablan del pasado
Aunque estemos en una zona alejada de la centralidad continental, a lo largo de este Camiño dos Faros podremos contemplar los vestigios de antiguas civilizaciones que la habitaron hace miles de años.
Lugares como el Castro de Borneiro, habitado entre los siglos VI a.c y I d.c. o el magnífico Dolmen de Dombate, datado entre el 3000 y el 2500 a.c dan testimonio, no solo de la historia, sino ya de la prehistoria de la zona.
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La playa de los cristales, arenal de mil colores
A lo largo de O Camiño dos Faros recorreremos infinidad de playas magníficas, de arena blanca, amansada por las embestidas del mar de la Costa da Morte, aunque ninguna como la Praia dos Cristais. La confusión es imposible, ya que no hay un lugar igual, una costa de miles de colores que deslumbran bajo los rayos de sol. Aunque el mérito también es del mar, que como se sabe, todo lo devuelve.
La increíble Praia dos Cristais es un fenómeno que se debe al trabajo del agua de los océanos. Hace años se instaló en esa zona un vertedero de vidrio, miles de pedazos de botellas que el mar se fue llevando, y que después devolvió cincelados como pequeñas piedras preciosas. Ojo, aunque los cristales no son un elemento natural originario del entorno, actualmente están protegidos y está prohibido llevárselos. Solo mirar y fotografiar cuando pasemos por ella en la cuarta etapa del Camiño dos Faros.
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El Cementerio de los Ingleses, testimonio de naufragios
En la quita etapa de este Camiño dos Faros, justo después de atravesar la maravillosa Praia do Trece, una de las más fotografiadas de toda la Costa da Morte, nos encontraremos con una singular edificación de piedra, en la conocida como Punta do Boi. En el siglo XIX se produjeron en esa zona tres trágicos naufragios. De todos ellos, la historia del Serpent, en 1890, es la más conocida de todas. De los 175 hombres a bordo, solo tres consiguieron superar la furia del mar de la madrugada del diez de noviembre y alcanzar a nado la Praia do Trece. Los cuerpos de los otros 172 tripulantes fueron devueltos por el mar en los días siguientes. El Cementerio de los Ingleses dio sepultura a sus cuerpos y, durante muchos años, cada vez que un barco de la armada inglesa pasaba por esta Costa da Morte, frente a Punta do Boi, disparaba salvas de reglamento lanzando al mar una corona de flores en memoria de sus compatriotas.
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Muxía, la virgen que llegó a la Costa da Morte en una barca de piedra
Galicia está plagada de tradición jacobea y, aunque los restos del Apóstol Santiago atracaron mucho más al sur, en la localidad pontevedresa de Padrón, en este Camiño dos Faros también encontraremos el rastro del Apóstol Santiago de la mano de la Virxe da Barca.
El Santuario de Nosa Señora da Virxe da Barca se encuentra directamente sobre el mar, en una zona de acantilados en la que llaman la atención las enormes rocas que descansan a los pies de la iglesia. Cuenta la leyenda, que esas rocas son los restos de la barca de piedra en la que la Virgen alcanzó las costas gallegas, a las que había llegado para dar ánimos al Apóstol Santiago en su evangelización. A esas rocas se les reconocen, además, distintas propiedades milagrosas. Este Santuario es escenario de una multitudinaria romería en el mes de septiembre en honor a la Virgen.
Justo al lado del Santuario de Nosa Señora da Virxe da Barca, se erige el Faro de Muxía, con unas magníficas vistas de la ría y del Cabo Vilán. En este escenario también podremos recorrer el Paseo de la Memoria, que recuerda la tragedia del Prestige, donde se encuentra el monumento “A Ferida”, un monolito de granito de once metros de altura del escultor Alberto Bañuelos-Fournier
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Faro Touriñán, más allá del fin del mundo
Igual que dicen que el Sil lleva el agua y el Miño la fama, en la penúltima etapa de este Camiño dos Faros nos encontraremos con Cabo Touriñán, que está situado más al oeste que el propio Fisterra, más mar adentro que el denominado fin del mundo. En este punto, desde el 22 de marzo hasta el 25 de abril, y también desde el 13 de agosto hasta el 22 de septiembre, se pone el último sol de toda la Europa continental. Una larga lengua de tierra se adentra en el océano hasta llegar al punto donde encontraremos el Faro. Cuidado con el viento y las olas, porque en esta zona, son inmisericordes, aunque la sensación de encontrarnos en el lugar en el que los elementos se dan un abrazo casi violento será inolvidable.
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Cabo Fisterra, el final de O Camiño dos Faros
Fisterra, Finisterre o el Finis Terrae es el final de muchos recorridos. Este es el último punto para muchos peregrinos del Camino de Santiago, el lugar donde antiguamente abandonaban o quemaban las botas. También se dice que era un lugar de peregrinación previo a la existencia del Camino de Santiago para aquellos viajeros que querían ver, con sus propios ojos, el fin del mundo, y el lugar donde los celtas honraban al sol en su Ara Solis.
Fisterra, Finisterre o el Finis Terrae es también el final de este Camiño dos Faros. Acabar nuestro recorrido de cerca de dos cientos kilómetros en este lugar incomparable nos dejará sin aliento. Por la magnífica panorámica del océano y de la recortada costa gallega que podemos disfrutar desde él, por viento airado que nos llenará de salitre los pulmones, y también por esa esencia mágica que destila.
O Camiño dos Faros organizado
O Camiño dos Faros es una ruta de senderismo única, que aúna tantos elementos que es imposible resumirlos en unas pocas palabras: playas, acantilados, naufragios, leyendas, naturaleza salvaje, flora y fauna excepcional, dunas, faros con historias increíbles, pueblos marineros, tradición, gastronomía, aventura…
Es un recorrido exigente por zonas naturales y agrestes que el hombre no ha sido capaz de dominar, pero que nos ofrece una experiencia que no olvidaremos nunca. Estamos hablando de una zona en la que la climatología tiene una altísima influencia, por lo que es recomendable realizar este Camiño dos Faros entre la primavera y el inicio del otoño.
Rutas Meigas se encarga, a lo largo de toda la ruta, de seleccionar los mejores alojamientos, así como del transporte del equipaje entre las etapas y de toda la logística necesaria para que vosotros, como siempre, solo os preocupéis de disfrutar de la experiencia. Os garantizamos que vale mucho la pena.
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