Aunque Galicia presume de alma atlántica, el norte de las provincias de Coruña y Lugo están ya bañadas por el mar litoral de este océano, que se extiende después hasta la frontera con Francia, el Cantábrico.
Esta es la tierra de las Rías Altas gallegas, donde encontrarás la gran basílica del mar por excelencia, esa Playa de las Catedrales excavada por las mareas en las rocas de los acantilados, y también la iglesia más antigua de España, San Martiño de Mondoñedo, en la localidad de Foz. Aunque, a pesar de todas estas referencias de arquitectura religiosa, hoy no venimos a hablar de ninguna de las rutas del Camino de Santiago.
Si quieres conocer a fondo la costa norte de Galicia, acompáñanos en esta Ruta Natural del Cantábrico.
El Camino Natural de la Ruta del Cantábrico
El paisaje que bordea el litoral cantábrico del norte de Galicia es mucho menos conocido que otras zonas como, por ejemplo, las Rías Baixas, bendecidas por un clima mucho más benevolente. Pero no nos dejemos engañar por los malos agoreros climáticos, porque toda esta costa te sorprenderá, sin duda, a nivel paisajístico y porque lo del mal tiempo es, como decimos, mucho de agoreros. El clima del norte, cuando se trata de hacer kilómetros a pie, es mucho más agradable que el exceso de sol y de calor.
La Ruta Natural del Cantábrico pertenece a la Red de Caminos Naturales de España, que abarca zonas de senderismo perfectamente habilitados y señalizados. En este caso, nuestro horizonte será de playas y acantilados, pero también de preciosas áreas boscosas en un total de 150 kilómetros de recorrido al borde del mar. Es conocido por ser uno de los caminos más bonitos de toda la red en el territorio nacional que suma, en total, 1400 kilómetros.
Desde Ribadeo hasta Santa Eulalia de Ladrido, en Ortigueira, recorreremos toda la extensión de la provincia de Lugo para finalizar nuestra ruta una vez hayamos traspasado la frontera de la provincia de Coruña. Dividimos nuestra expedición al borde del litoral en siete etapas que nos permitirán saborear con tiempo suficiente cada uno de los pasos de nuestro camino.
De promedio, caminaremos un promedio de veinte kilómetros al día en una zona de orografía robusta, pero que no ofrece grandes dificultades. Solamente debemos tomar ciertas precauciones al caminar muy pegados a los acantilados (ojo con los selfies) y en algunos tramos de carretera, por el tráfico.
Todo el paisaje de la Ruta Natural del Cantábrico destaca por su riqueza y versatilidad, pero sobre todo disfrutaremos de las magníficas vistas panorámicas que nos proporciona esta senda pegada a la costa.
Visitaremos lugares emblemáticos como el precioso pueblo de Rinlo, con el segundo gremio de pescadores más antiguo de España. Zonas naturales casi vírgenes y de especial protección para las aves serán parte de nuestra senda y podremos conocer incluso puertos como el de Nois, que estuvo dedicado a la caza de ballenas.
De Ribadeo a Ladrido
Ribadeo es la localidad que hace de entrada a la geografía galaica desde la vecina Asturias, de la que la separa la Ria de Ribadeo en la que desemboca el rio Eo. Tal es así, que en el propio escudo de la localidad está representada la llave de oro encontrada en el fondo del mar que abriría la puerta de Galicia. La riqueza de esta ría y sus humedales es inmensa, tanto que pertenece a la Reserva de la Biosfera.
Nuestra primera etapa parte de esta localidad de aire señorial en la que no puedes dejar de visitar Illa Pancha, de reducido tamaño, pero en la que podrás ver sus dos faros, formando una de las imágenes marinas más hermosas de Galicia.
Desde ahí, la ruta nos lleva hacia los acantilados y las pintorescas casas de Rinlo, un pueblo de pescadores que parece de cuento. Aunque, seguramente, lo más espectacular de la primera etapa es el final, en la archiconocida y magnífica Playa de las Catedrales, un lugar inolvidable para cualquiera que lo visite.
La Ruta Natural del Cantábrico pasa también por importantes localidades como Foz, un lugar muy popular de veraneo en la costa cantábrica con su playa urbana de A Rapadoira, o Burela, importantísimo puerto pesquero del norte de Galicia.
Souto da Retorta, Sargadelos o Fuciño do Porco, algunos extras de la ruta
Aunque supone hacer un pequeño desvío en el recorrido, en la etapa entre Burela y San Cibrao se puede visitar la antigua Fundición y Fábrica de Loza de Sargadelos, un lugar emblemático cuyas piezas son todo un símbolo de Galicia.
Y, aunque este recorrido sigue la línea del litoral cantábrico y nuestros ojos siempre van a tender a mirar al mar, llegando a Viveiro pasaremos por un bosque de árboles gigantes, O Souto da Retorta, también conocido como Eucaliptal de Chavín, donde podremos contemplar al “avó” el eucalipto de más edad, plantado en 1880 y que es uno de los más altos de Europa.
La localidad de Viveiro acoge en su ría la mayor desembocadura de todo el Cantábrico, un fenómeno de la naturaleza que combina bien con su casco urbano, de importante valor histórico, con monumentos como la Puerta de Carlos V o el precioso Convento de San Francisco.
En la etapa entre Viveiro y O Vicedo pasaremos junto a la ruta de O Fuciño do Porco, que podemos incluir en nuestro recorrido. Es una senda que transcurre por una pasarela peatonal de madera entre los acantilados y que nos va a ofrecer unas vistas únicas sobre el mar. En todo caso, hay que tener en cuenta que, si haces la Ruta Natural del Cantábrico entre los meses de junio y septiembre, este recorrido de O Fuciño do Porco solo puede hacerse con reserva previa.
Para la última de las etapas combinaremos preciosas playas con altísimos acantilados entre los que podremos disfrutar de unas vistas únicas en el denominado “mejor banco del mundo”, en Loiba. La Ruta Natural del Cantábrico finaliza en la iglesia de Santa Eulalia de Ladrido una pequeña aldea del concello de Ortigueira.
Este recorrido a pie de 150 kilómetros es, sin duda, una de las mejores formas de conocer la costa norte de Galicia, paso a paso, entre la naturaleza y pueblos pesqueros que llevan siglos mirando al mar, pero que vale la pena redescubrir una y mil veces.
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